Vitoria: La «Green Capital» del País Vasco y de España

Para finalizar nuestro viaje por este rincón del País Vasco, no podíamos dejar de visitar su capital, la cual es una ciudad, muy diferente al resto de las otras dos capitales de provincia que visitamos: Bilbao y San Sebastián, ya que ambas se encuentran en la costa y su paisaje es más montañoso que Vitoria, además de ser la capital de la provincia de Álava.

Ésta se encuentra a unos 50 minutos, máximo una hora de Bilbao y hay dos formas de llegar, ya sea en coche, que fue nuestra opción, o por autobús. Si se deciden por la primera, hay que tomar la AP-68 o la N622 y si por el contrario, deciden disfrutar del paisaje e ir más relajados y tranquilos, los autobuses de la empresa ALSA son los que te llevan y cuentan con diferentes frecuencias de horarios durante el día.

Nosotros, como teníamos ya poco tiempo antes de regresar a nuestro país, sólo tuvimos la oportunidad de visitar esta hermosa ciudad en un día y nos decantamos por visitar su Casco Viejo (o también llamado centro).

Al llegar descubrimos una ciudad, que se podría decir que es plana en el sentido de que no hay muchos montes alrededor de la misma como en las otras ciudades mencionadas anteriormente. Y transmite la sensación de amplitud, tanto en sus calles, avenidas como en su arquitectura.

Esta ciudad es sede del Gobierno Vasco, teniendo su Lehendakari (Presidente) también su residencia en el Palacio Ajuria Enea. Algo que nos llamó muchísimo la atención es que desde que uno llega, ve parques y áreas verdes muy frecuentemente e investigando un poco, nos enteramos que obtuvieron un premio que otorga la comunidad de la Unión Europea llamado «Green Capital», obteniéndolo en el año 2012 y fue gracias a la gran cantidad de zonas verdes que hay por toda la ciudad. Nos comentaron que estas áreas se encuentran a menos de 300 mts. una de la otra y todas son públicas, eso sin contar con el control que han adoptado tanto en su flora y fauna, así como también la adecuación de nuevas medidas energéticas que les permiten reducir la contaminación lumínica de la capital, además de estar trabajando en un proyecto cuya meta es lograr que reduzca, significativamente, el consumo de agua doméstico a menos de 100 lts. per cápita por día. Por todo esto, Vitoria es la ciudad ecológica modelo en donde se implementan medidas que vayan más acorde con el medio ambiente usando tecnología de punta.

Al llegar, dejamos el coche en uno de los estacionamientos (parking) que hay cerca del centro. El costo depende obviamente del tiempo pero nosotros pagamos 8 euros por una tarde. Hay dos que están muy cerca: uno es el de la calle Juan de Ayala y el otro de la Catedral de Vitoria, nosotros lo dejamos en éste último. Es amplio y está cubierto, algo que agradecimos, ya que el día que fuimos, estaba lloviendo, en ocasiones, copiosamente y con viento.

Inmediatamente nos dirigimos a perdernos entre las calles del Casco Viejo en donde encontramos diversas iglesias y una muralla que data del Siglo XII que lleva poco de haber sido descubierta por los investigadores de la UPV (Universidad del País Vasco) en el 2001. Pero la plaza que más nos gustó fue sin lugar a dudas la de la Virgen Blanca.

Ahí es como el centro neurálgico de la vida social vitoriana, ya que te encuentras con muchos bares, restaurantes, así como pequeñas tiendas en donde se encuentra diferente tipo de artículos, desde los típicos souvernirs hasta ropa, calzado, etc.

Aquí decidimos quedarnos, ya que como pueden apreciar, el tiempo no fue nuestro mejor aliado ese día, por lo que buscamos un restaurante cerca de esta área y dimos con uno llamado Asador Matxete. Viendo su carta, ofrecen desde pescados y carnes a las brasas hasta una amplia oferta en platillos entrantes. En esta ocasión yo probé unas almejas a la plancha para abrir el apetito, que estaban DE-LI-CIO-SAS y como segundo pedimos entre mi esposo y yo un Rodaballo (pescado) a las brasas y estaba para chuparse los dedos. De postre ordenamos un mousse de arroz con leche y helado de queso, que es la primera vez que pruebo éste último y la verdad me dejó buen sabor de boca, mientras que mi marido ordenó una cuajada que es como una especie de flan para darles una pequeña idea 🙂 . El costo sí superó los 100 euros sobretodo por el vino blanco pero es un lugar emblemático en el corazón de la zona Medieval del Casco Viejo de Vitoria. La atención fue muy buena y sí, hay que hacer reservación si no desean esperar mucho tiempo, como nosotros, ya que andamos algo ajustados en el mismo. La dirección es Matxete Plaza #4.

Al salir continuamos nuestro recorrido en esta gran plaza así como por sus callejones aledaños, mostrando en todo momento una exquisita arquitectura neoclásica.

Continuando nuestro recorrido y después de haber andado entre los callejones aledaños a esta plaza, nos apetecía tomar algo y visitamos el Bar Erkiaga, que está un poco alejado de la zona turística de la ciudad pero dentro de la parte antigua. Es un pequeño local donde se degusta toda clase de pintxos (pequeños bocadillos), desde los más sencillos que tienen jamón serrano hasta los más elaborados. Los precios son muy asequibles y también cuentan con la opción de cazuelas, que son, por lo que nos explicaron, platillos elaborados con ingredientes de alta calidad. De hecho, nos comentaron que han ganado un par de ocasiones el premio a la mejor cazuela en un concurso que se lleva a cabo todos los años. La atención fue muy buena, muy amables y sobretodo, nos gustó la gran variedad de pintxos que ofrecen. Lo recomendamos ampliamente :). Si andan por esta ciudad y desean ir a visitarlos ellos se encuentran en Errementari Kalea #38.

Como anteriormente les habíamos comentado, el clima no era nada favorable por lo que tuvimos que regresarnos a Bilbao antes de lo que habíamos programado. Una disculpa por la calidad de las fotos pero era toda una odisea poder mantener sin mover la cámara por el viento, que en ocasiones, arreciaba.

Y así, de esta forma, terminamos nuestro viaje al hermoso País Vasco Español y parte del francés. Deseando regresar pronto :).

– NO olvidar el paraguas ni calzado para lluvia. – Irse bien abrigado, sobretodo, si van fuera de la época de verano, ya que las temperaturas suelen bajar bastante por la tarde-noche. – Si van en coche, les recomendamos tomar la AP-68, es más rápida y tiene unos paisajes de ensueño.

• El recuerdo de su hermosa arquitectura.
• La amabilidad de su gente.
• Sus hermosas áreas verdes.
• Su gastronomía.